Desde julio a agosto de 1886 Buenos Aires ve prestigiada su temporada teatral con la presencia de Sarah Bernahrdt, en gira trunfal por América.
En su itinerario de actriz visitante, América significaba los suculentos bordereaux que le permitían reponerse de las temporadas parisienses, temporadas brillantes que su irreflexiva generosidad y su sentido fastuoso de la puesta en escena volvían ruinosas.